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El grito sin eco de las braceras

https://politica.elpais.com/politica/2018/06/01/actualidad/1527868736_249667.html  

Los derechos de inmigrantes, especialmente de las mujeres inmigrantes, han llevados a la atención del público a través las historias y los testimoniales de mujeres en la industria de fresas en Huelva, España. Un mes pasado, casi treinta mujeres presentaron quejas de abuso contra sus empleados, pero la policía sólo arrestó a un hombre, y fue liberado. El artículo en “El País” enfoca en las mujeres inmigrantes que son de regiones, como Marruecos, donde no hay tantos derechos para mujeres y el español no es el idioma nativo. Con un aumento de 4,000 a 15,000 trabajadoras en la industria de fresas, es probable que surjan más quejas. Entonces, un grupo feminista, se llama “Mujeres 24H” argumenta que un cambio necesita ocurrir ahora. Acuerda al grupo, las mujeres inmigrantes necesitan tener acceso a un teléfono permanente para para resolver algunos problemas a través un traductor. Adicionalmente, el grupo presenta una necesidad de revisar los contratos de estas mujeres inmigrantes con la presencia de las trabajadoras y las ONG.

Con el texto de James Rhodes, que menciona las leyes insuficientes en España con el ejemplo del caso de “La Manada,” la cuestión ahora es si ocurrirá el cambio ahora, o si España no cambiará sus leyes sobre abusos sexuales.

¿Creís que los movimientos feministas recientes y una investigación posible del gobierno de Marruecos sobre los abusos sexuales en España incitarán el cambio en estas leyes sobre mala conducta sexual en España? ¿Porque sí o porque no?

Temporeras marroquíes recogen fresas en un invernadero de Huelva. FOTO: PACO PUENTES

Mujer marroquí analfabeta que no habla español, procedente del mundo rural, alejada cientos de kilómetros de su familia o pareja durante meses. Es el perfil de las 15.000 temporeras llegadas esta primavera desde el país vecino hasta Huelva para la recogida de la fresa. Agachadas siete horas cada mañana para un trabajo durísimo a cambio de solo 40 euros al día. Sin red social ni sombra de integración en pleno campo, un entorno hostil.

Las denuncias por agresiones, abusos y acosos sexuales a braceras inmigrantes se repiten cada cierto tiempo en esta provincia andaluza. Si este diario reveló crudos testimonios de las víctimas en 2010, hace un mes las revistas Correctiv y Buzzfeed dieron voz a 28 mujeres que denunciaban abusos y violaciones a manos de sus capataces, una de ellas presentada ante los tribunales. Al trascender dicho reportaje, otras cuatro jornaleras vencieron su vergüenza, dieron el paso y denunciaron a su patrón por abusos sexuales. La policía le detuvo y está en libertad con cargos. Las ONG alertan de que brotarán más casos de la pequeña cascada.

¿Será distinto esta vez? ¿Se romperá el silencio, la tendencia a minimizarlos y se frenarán los abusos con medidas eficaces? La resaca del movimiento global feminista y la huelga del 8 de marzo apuntan a que esta vez los empresarios freseros, los sindicatos y las Administraciones se tomarán en serio este problema que mancha el éxito económico de un sector que en 2017 facturó 454 millones para exportar el denominado oro rojo —fresas, arándonos, frambuesas y moras— a los supermercados de Alemania, Francia y Reino Unido.

Una temporera marroquí transporta fresas. P.P.

“Queremos medidas concretas y las queremos ya. Estas mujeres necesitan un espacio, un teléfono al que acudir, necesitan estar custodiadas y sentirse seguras”, censura Laura Limón, portavoz del colectivo feminista Mujeres24H. “La ministra [en funciones] Fátima Báñez ha dicho que las mujeres tienen que denunciar. Qué fácil es decir esto para una abogada con recursos económicos y magníficos contactos. ¿Conoce la ministra a alguna de estas mujeres rurales, extremadamente sencillas, que solo saben árabe y procedentes de una cultura con menos garantías de igualdad aún que España?”, añade.

Las mujeres forman parte del contingente que desde hace dos décadas llega cada temporada para recoger la cosecha, 302.500 toneladas de fresa en 2017. Antaño desde Polonia o Rumanía, en los últimos años proceden del país vecino. La cifra sin embargo se ha disparado en 2018 hasta las 15.000 mujeres desde las 4.000 que llegaron el año anterior.

La reacción inicial del sector hace un mes fue tildar de casos aislados las denuncias de abusos sexuales, cargar contra las periodistas de la revista alemana y amenazar con demandarles por el daño reputacional hacia las exportaciones en Europa. Con los días, el brío para silenciar y minimizar las denuncias se ha sustituido por la prudencia y la “tolerancia cero” con los abusos. Ahora la mayor organización del sector, Interfresa, se personará como acusación en el último caso destapado de abusos, que la fiscalía ha denunciado en el juzgado. “No considero que el matiz social se haya descuidado, si fuera todo tan catastrófico no habría gente que lleva 15 años repitiendo”, opina Pedro Marín, gerente de Interfresa.

A la vergüenza, el miedo y el desconocimiento del castellano, las víctimas suman la dependencia económica de su jefe abusador y la lejanía —física y mental— de una comisaría o comandancia para que una mujer oriunda de las zonas rurales marroquíes se atreva a denunciar. En 2014 la Audiencia de Huelva condenó a un capataz por acoso sexual a tres jornaleras marroquíes. “Si quieres trabajar, te tienes que acostar conmigo”, refleja la sentencia, que condena a otros dos manijeros por un delito contra la integridad moral de 25 trabajadoras.

Como medidas urgentes para aumentar la seguridad de estas 16.000 mujeres dispersas entre un mar de invernaderos, Mujeres24H reclama un teléfono de contacto permanente con traductoras, revisar las condiciones de los contratos en origen y la participación de las ONG en las mesas y foros oficiales, además de la mediación con las trabajadoras, entre otras medidas.

“Algo va a cambiar. Es violencia de género en el ámbito laboral hacia mujeres vulnerables que no conocen sus derechos. Hay dos mediadores interculturales [designados por la patronal] para 80.000 trabajadores, insuficiente de todas todas”, critica Pastora Cordero, secretaria de Igualdad en la Federación de Industria de CC OO, que sin embargo es optimista sobre el cambio de tendencia.

Varias temporeras, en Palos de la Frontera (Huelva). P.P.

El delegado de la Junta en Huelva, Francisco José Romero, admite que “el toro nos ha cogido con 15 días” ante la falta de asistencia social de estas 15.000 inmigrantes. “El ministerio solicitó el contingente sin más seguimiento y las ONG tampoco han vigilado. El año que viene se perfilarán ayudas desde Igualdad y Justicia para atajar este problema que se ha hecho visible”, avanza. La Subdelegación del Gobierno, encargada del acuerdo con Marruecos para la llegada del contingente de mujeres, ha declinado opinar al respecto.

Manuel Vicente Sánchez, del Grupo Motor de Redes Interculturales, plantea: “Hace 20 años que el Gobierno, patronal y sindicatos traen el contingente de mujeres extranjeras. ¿Y solo llaman a las ONG ahora que surgen los problemas?”.

Al otro lado del Estrecho, el portavoz del Gobierno marroquí, Mustafa El Jalfi, ha anunciado la apertura de una investigación sobre posibles abusos sexuales en España. Una comisión parlamentaria se desplazará a Huelva, informa Francisco Peregil desde Rabat.

La geógrafa franco-marroquí Chadia Arab, miembro del Centre National de la Recherche Scientifique (CNRS) de París, publicó en febrero en Marruecos un libro titulado Damas de la fresa, dedos de hada basado en sus entrevistas con decenas de trabajadoras marroquíes entre 2009 y 2012. ¿Son los abusos sexuales un caso aislado o generalizado? “Aunque el fenómeno no sea generalizado, no hay que minimizarlo. Es preciso saber tratar estos casos de agresión con el fin de aclarar lo que pasa. Sobre todo, porque el acoso sexual toma diversas formas y puede que no sea confesado por las mujeres”.

El cónsul de Marruecos en Sevilla, Farid Aulouhaj, asegura que no ha recibido denuncias por abusos sexuales, solo para mejoras en las condiciones laborales, y precisa que ha trasladado las quejas al Gobierno y la Junta para que las mujeres puedan trabajar “con dignidad”, pero dice que desconoce si su Ejecutivo forzará estas mejoras en el próximo acuerdo para 2019.

17 Comments

  1. Lyubomir Hadjiyski

    Me parece triste que haya tantos casos de abuso entre las mujeres inmigrantes en el sur de España, y piensa que las acciones que los ONG han tomado mejorará la situación, porque ellos pueden ser organismos de control y reportaje. También, ellos pueden alentar al Gobierno a hacer más. Por otro lado, no pienso que el Gobierno marroquí tendrá mucho éxito en su posición porque esto es una problema de España, no de Marruecos. Los otros actores importantes, además del gobierno y las ONG, son las empresas que compran y exportan las fresas y otras frutas. Si ellos cambiaran su pensamiento sobre la ganancia y los derechos, la situación mejorará.

    • Sarah

      Estoy de acuerdo con tus ideas sobre el papel de las compañías que compran y exportan las frutas. Si las compañías hagan sus políticas más estrictas, habría cambio.

  2. Mia Rosini

    Pienso que los movimientos feministas recientes y la investigación posible del gobierno de Marruecos son buenos primeros pasos para incitar el cambio. Ellos están aumentando conciencia sobre los abusos sexuales en España pero no sé si este es suficiente para incitar el cambio en estas leyes. Es menester que haya un sistema donde las mujeres pueden reportar los abusos sexuales sin terror. Mientras las mujeres tiene miedo para sus trabajos, vidas, y familias, el cambio no pasará.

    • Sarah

      Es una situación difícil, porque muchas de las mujeres inmigrantes no saben a lengua de español. Creo que si haya más trasladares y recursos para estas mujeres, sería beneficial para incitar cambio.

  3. Anna Soltys

    Vi un poco de una entrevista con las mujeres abusados en las noticias ayer y me da tristeza que las condiciones son tan malos que han sufrido a los manos de sus jefes. Un punto en este artículo que me pone enojada sean los argumentos como de Sánchez y Marín que tratan de disminuir la importancia o la validez de estos casos porque no se han repetido o solo están declarados ahora después de 20 años de la industria. Me pone enojada porque ignora la dinámica de la opresión que Limón expresa muy bien. Espero que el entorno de cambio en otros países vaya a inspirar legislaciones concretas para ayudar a estas mujeres.

  4. Beatrice Ferguson

    Aunque es posible que el sistema cambie, dudo que sea fácil. Estoy escéptica porque el maltrato de las trabajadoras inmigrantes también es un gran problema en los EEUU, así como en otros países. Por ejemplo, en los EEUU, muchas inmigrantes mexicanas que trabajan en los campos agrícolas no reciben protección adecuada contra el abuso sexual. Además, en años recientes, el sistema no ha cambiado lo suficiente, aunque muchos grupos activistas, como el Foro Nacional de la Inmigración, han luchando contra la explotación de las mujeres. Creo que la opción mejor es compartir la realidad y las historias de las inmigrantes explotadas con una audiencia amplia para generar apoyo popular. Si la lucha está solo en manos de los grupos activistas, dudo que el sistema cambie. ¿Creéis que, con apoyo popular, es posible generar un cambio real?

    • Sarah

      Me gusta tu comparación con los movimientos y los problemas similares en los Estados Unidos. Pienso que su idea de propagarse las historias de otras mujeres será ganar el momento y instigar cambio, si un suficiente número de personas participen.

    • Emma Guare

      Estoy de acuerdo con tus ideas y también creo que la situación es un gran problema para muchas trabajadoras inmigrantes que no solo están en España como tú has dicho. Si tantas mujeres han experimentado las mismas situaciones alrededor del mundo, es una sorpresa que nada haya cambiado a pesar de que nos gusta pensar que nuestra sociedad está avanzada.

  5. Phoebe Warren

    Para crear cambios verdaderos en la cultura del abuso sexual de las mujeres, creo que es necesario cambiar la ley y también crear unas consecuencias financieras. Los supervisores de estas mujeres tienen más poder (y más dinero) que sus trabajadores, quién son desesperadas por dinero para apoyar a sus familias. Si estas mujeres tuvieran el poder legal y la oportunidad de iniciar acciones legales, podrían prevenir el abuso sexual. Pero este poder legal podría ser difícil obtener si una mujer no estuviera en España legalmente. Junto con los cambios legales, los cambios en las reglas de las compañías que compran las fresas (o los jefes de los supervisores quien continuan estos abusos) pudieran mejorar la situación de estas mujeres. Con consecuencias financieras serias para estos hombres, es posible que dejaren de ser abusivos. Pero este problema no puede ser resuelto con dos soluciones o grupos. Creo que una solución verdadera requiere la coordinación de muchos grupos y métodos.

  6. Lautina Kwarteng

    Desafortunadamente creo que los movimientos feministas o una investigación sobre los abusos sexuales no va a incitar tan grande cambio que nosotros pensamos. El abuso de mujeres, especialmente en el lugar de trabajo es algo que siempre ha sido un problema. Asimismo, el movimiento feminista se remonta siglos atrás, y el poco cambio que nosotros vemos hoy ha tardado muchos años. Entonces, creo que sí, reforma de las leyes es posible pero es una meta que necesita mucha paciencia y persistencia. Además, pienso que, personalmente, la representación de mujeres en el gobierno es crucial para ver cambios en leyes sobre mujeres y los obstáculos que se enfrentan.

    • Sarah

      Estoy de acuerdo con tu perspectiva de la inclusión de más mujeres en el gobierno. Creo que el cambio necesita originar desde adentro, o a través el cambio de las reglas de las compañías.

  7. Jocelyn Galindo

    Creo que estos casos de abuso sexual de los inmigrantes marroquíes provienen de la percepción de los inmigrantes en España. A menudo, los inmigrantes son deshumanizados y considerados como personas que no merecen derechos básicos, ya que pertenecen a los niveles más bajos de la sociedad. Existen sistemas para mantener a estas poblaciones en su estado marginal y es difícil avanzar, como se muestra en este artículo. Por eso es necesario que las personas que conocen el idioma y tienen puestos de influencia, ya sea en España o en los EE. UU., utilicen su privilegio para ayudar a abogar por los derechos de los inmigrantes. Creo que estos casos de abuso contra mujeres inmigrantes marroquíes pueden inspirar cambios en las leyes, pero es necesario que otros defiendan a estas mujeres porque es probable que no las tomen en cuento sin el apoyo externo. Es desafortunado que las voces de la mujer inmigrante marroquí no sean suficientes, pero es una verdad triste.

  8. Victoria Gonzalez

    Desafortunadamente, no creo que la intervención del gobierno de Marruecos tenga algún impacto en la situación de abuso sexual en este caso. Si bien creo que es muy importante que las mujeres obtengan un teléfono para comunicarse con un traductor, esta parte es solo el comienzo. Muchos eventos de abuso sexual se están llevando a cabo en España y creo que es tarea del gobierno español crear leyes para mejorar ambas situaciones: el abuso de los derechos de los inmigrantes y el abuso de los derechos de las mujeres. Hay dos problemas y es muy triste que las mujeres marroquíes sufran de ambos. El gobierno español debería crear nuevas leyes que castiguen financieramente a las compañía que cometen los delitos porque creo que el dinero es uno de los mejores incentivos para obligar a las empresas a cooperar con el gobierno. Independientemente, creo que una conversación sobre los contratos de los inmigrantes es un buen comienzo para resolver este problema, pero creo que este es también el momento para que el gobierno español intervenga.

  9. abruzos

    Muchas gracias por elegir esta noticia tan importante, Sarah, y gracias también por todos los valiosos comentarios publicados.
    Creo que habéis acertado al señalar que la opresión de estas trabajadoras inmigrantes, muchas de ellas marroquíes, es un claro ejemplo de interseccionalidad, es decir de confluencia de varias condiciones de vulnerabilidad: por ser mujeres, por ser inmigrantes, por ser pobres, por ser trabajadoras agrícolas, por no hablar español, etc. Así, solucionar una situación como esta requiere intervenir en muchos frentes distintos: el feminismo, la lucha por los derechos de los inmigrantes, las luchas de clases sociales, la dignificación del trabajo físico y manual, los derechos lingüísticos, etc.
    Es muy acertada también la relación con lo que ocurre en Estados Unidos, cuya industria agrícola depende fuertemente de la mano de obra inmigrante (según distintas estimaciones, el porcentaje de los trabajadores agrícolas de Estados Unidos que son inmigrantes indocumentados sería de entre 46% y 70%), y en donde también existen muchos casos de violencia sexual; por ejemplo, ver https://cagj.org/food-justice/food-justice-resources/farmworker-sexual-violence-facts/

    • Sarah

      Creo que el problema de abuso debe tener más atención, especialmente considerando el impacto en la economía de España. Debido a esto, pienso que más influencia de los movimientos femeninos y la presión económica en las empresas incitarán legislación nueva.

  10. Juston Forte

    Creo que los movimientos feministas podrían tener éxito si se reciban asistencia del gobierno de Marruecos. Ahora, el problema con la situación es que no hay muchas conciencias y los intentos para ayudarles son insuficiente a causa de lo. Mientras las mujeres estaban en España, el gobierno de Marruecos debe tratar ayudar a sus ciudadanos por protegido sus derechos. ¿Si el gobierno de Marruecos no vaya a apoyar las mujeres, qué sería el mensaje que es presentado? Pienso que el resulto del mensaje sería malo para las mujeres porque es como diciendo que las mujeres no necesitan respeto y no tienen un poder con vos.

  11. cla2

    Este es un artículo interesante. Digo esto porque hemos visto que algunos grandes movimientos en los Estados Unidos han dado lugar a algunos cambios, o al menos han comenzado conversaciones sobre los diferentes temas, por lo que es posible.
    Creo que los movimientos feministas recientes son un buen comienzo. No creo que hacer que el gobierno realice una investigación afectaría mucho las cosas. Pienso que esta investigación podría tener demasiados errores o sesgos posibles, como el sesgo de respuesta. Creo que el movimiento para el cambio debe comenzar con la gente, no con el gobierno; al igual que otros movimientos exitosos en el pasado, la llamada al cambio debería comenzar desde abajo y llegar a la cima.

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