En cada rincón de los Estados Unidos se encuentra una inmensa diversidad de individuos. Estos caminan de lado a lado, cada uno experimentando el mismo lugar pero viviendo a mundos de distancia con sus diferentes desafíos para la supervivencia. Sin embargo, la supervivencia en los Estados Unidos se vuelve cada vez mas compleja cuando se examina en el contexto del inmigrante hispanohablante. Un tema en particular que contribuye a este fenómeno es la salud. Esto es porque, aun solo superficialmente, se nota que el hispano entre la población americana tiene mas alto riesgo de contraer ciertas complicaciones del cuerpo; por ejemplo, la obesidad, diabetes, alta presión, y enfermedad crónica en los riñones o el hígado. Entonces, para observar cómo se desenvuelve esta complejidad en las vidas de estas personas, podemos enfocarnos en las vivencias de la comunidad latinoamericana que reside en Princeton, Nueva Jersey.

 

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A nivel nacional, poblaciones latinas están continuamente creciendo y ahora llegan a calificar cómo la segunda mayoría entre grupos raciales del país. Dentro de esta demográfica, hay más de 19 millones de niños hispanos viviendo en el país y la mejor parte de ellos fueron nacidos en los Estados Unidos. La relación entre el hispano y la salud en los Estados Unidos entonces comienza  a tomar forma desde el nacimiento. Ya desde el momento en que una madre entra en parto, la idea de recursos se vuelve extremadamente relevante porque se genera la necesidad de acceso inmediato al cuidado medico. Ademas de recursos, la accesibilidad y la comodidad se debe de tomar en cuenta para cuidos tan delicados como este. Este es el caso para habitantes del barrio Witherspoon-Jackson en Princeton, donde se encuentra una numerosa comunidad de latinos y donde hay mucho sentimiento por lo que antes fue el Hospital de Princeton.

 

Rotulo del Hospital de Princeton antes de su demolición – Credito de Imagen: University Medical Center of Princeton

 

“Yo nací Febrero 19 del 1974, en Witherspoon Street en el Hospital de Princeton–que ya no existe aya, ya no esta aya.”

 

El Hospital de Princeton fue una institución que a muchas personas latinas de la comunidad, como Marlon Davila, les dio la oportunidad de pasar su nacimiento en este mismo barrio. Para las familias de Witherspoon-Jackson, era un lugar de refugio y el recurso de preferencia para “dar luz a sus bebes, establecer cualquier hueso roto, y tratar sus males.” Aun así, como lo cuenta Davila, el edificio “ya no existe aya, ya no esta aya” porque fue demolido en el 2014 y el mismo sitio fue ocupado por un complejo de 280 apartamentos en su lugar. Esta perdida en la comunidad se conecta directamente con las barreras que enfrentan los latinoamericanos en Estados Unidos cuando se trata de la salud. De hecho, a comparación con las personas blancas, inmigrantes hispanos corren riesgos mas alto de recibir tratamiento injusto por parte de proveedores de salud. En muchas de estas ocasiones se han dado a causa del color de su piel, identidad étnica, o habilidad de hablar Ingles. Facilidades que crean confianza, especialmente para barrios como Witherspoon-Jackson que dan hogar a mucho individual latino, terminan siendo importantes para contrarrestar esta racialización de la salud. Ademas de estas incomodidades que persiguen al hispano, hay otras disparidades que persisten en estas poblaciones y afectan sus experiencias con la salud.

 

Una de estas disparidades es el acceso limitado a ciertos trabajos. En la fuerza laboral del país, específicamente, se encuentran 27 millones de trabajadores inmigrantes. Entre ellos, la probabilidad de que uno de ellos fuera hispano termina siendo más alta de que si fuera blanco. Encima de esto, hay una proporción alta de inmigrantes que se documenta en trabajos que requieren mas manualidad y esfuerzo como la construcción, agricultura, y servicio. Este es  exactamente el narrativo que se encuentra en comunidades latinoamericanas como las de Princeton. Un ejemplo en particular de estos patrones es lo que habla Walter Luján en una reunion en el Township de Princeton:

“Usted va a cenar en un restaurante, al Annex o lo que sea. Usted ve los meseros, ve a los gerentes, ¿Qué  es lo que ve? Americanos. OK… Váyase atrás en la cocina y, ¿quienes son los que están ayudando al cocinero, de dishwasher; quienes son los que hacen la limpieza?” 

Credito de Imagen: Princeton Latinoamericano / Latin American Princeton

Igualmente, Anjélica Garcia confirma que esta es una realidad tan común que hasta se puede llegar a hacer generalizaciones. Así como ella lo ha visto, testifica sobre los que parecen ser los trabajos mas usuales para los hispanos empleados en Princeton.

 

“La mayor parte trabajan de mujeres o eso aquí cerca. Y a los hombres, unos trabajan en restaurantes y otros van a la construcción o otros de “landscaping” como mi esposo que trabaja de cortar la grama o el pasto.”

 

Las palabras de Walter y Anjelica en combinación demuestran que hay un mismo patrón a nivel nacional y también a nivel local: al inmigrante hispano en los Estados Unidos se le ha dado el trabajo más arduo y al mismo tiempo el mas peligroso. Ciertamente, es por eso que la mitad o un 53% de adultos hispanos reportan que una de las razones mayores por las cuales ellos llegan a ver resultados negativos en su salud, es por los riesgos que corren en su trabajo. En sitios de restaurante, construcción y jardinería, hay demanda física y peligro de lesión. En unas instancias hay riesgo de quemadura y cortadura, y en otra se arriesga el individuo con maquinaria pesada y alturas peligrosas. El peligro no solo existe en los trabajos del hombre hispano sino también en las condiciones del trabajo de la mujer en Princeton como lo presenta Anjélica.

 

“A veces pongo a ayudar a planchar las camisas, a retocar cuando no salen bien como de los puños, cuellos, acá. Muchas compañeras se le hace muy difícil, solo van un rato y se le hace muy difícil porque tiene que tener mucho cuidado para no quemarse con el ‘steam,’ que es un vapor caliente o que te llegue, porque allí en verano, si es muy caliente adentro, no hay aire acondicionador. Es muy caliente, tiene que usar ventilador, sí.”

 

Ademas de los peligros físicos de los trabajos más accesibles para el latinoamericano en los Estados Unidos, también hay peligros psicológicos. Por instancia, el hispano con redes profesionales que son limitadas puede pensar que solo tiene ciertas opciones de empleo; ósea, las que involucran más rigor. Esto acontece aun en situaciones cuando la persona califica para posiciones mas estimulantes. El individuo entonces se predispone a una debilitación de su salud mental, dado a insatisfacción con las demandas poco desafiantes de su trabajo.  Todos estos factores en combinación con la falta de documentación legal, poca aculturación, y problemas de familia muchas veces culminan en depresión y ansiedad. Las circunstancias se tornan aun mas severas cuando esto contribuye a incidencias de alcoholismo en la población latinoamericana de los Estados Unidos. De acuerdo con el testimonio de Jorge Narvaez, esto mismo se puede observar en las comunidades latinoamericanas de Princeton también.

 

 

“Me vine a dar cuenta de eso quizás en mis últimos 10 años en la policía: hay un grupo de personas que pasan por una depresión severa y es de dónde viene el alcoholismo. Eso a mí, yo estoy más que claro que muchos de ellos es el hecho de no estar en su país, el hecho de no poder ayudar, muchos factores que [por los cuales] recurren al alcoholismo.” 

 

Lilian Chipix, la directora asociada del desarrollo juvenil y participación comunitaria en el YMCA de Princeton, también presenta sobre cómo el alcoholismo llego a afectar su vida familiar.

 

“Nosotros con el padre de mis hijos, nosotros nos separamos en el año 2012. Las cosas no pudieron seguir, pues el tenia mucho problema de alcoholismo entonces no pudimos seguir juntos.”

 

Ademas de los efectos negativos psicológicos que se asocian con el alcohol y especialmente con situaciones como la de Lilian, Jorge habla de consecuencias del alcoholismo que son mucho mas severas fisicamente.

 

“Y me sorprendió porque el era un señor trabajador, siempre lo miraba–el trabajaba para unos señores afroamericanos que tenian un negocio de cortar grama y el era uno de los trabaderos. Y siempre yo lo mire que era una persona responsable. Si, talvez tomaría socialmente los fines de semana socialmente los fines de semanas pero nunca llegue a creer que hubiese llegado al punto de que quedo en la calle.

Entonces, empezamos a buscar, lo habían visto en un parque detrás de Community Park que se llama Mountain Lake. Con un detective, empezamos a rastrear toditito a ver si daba un indicio. Encontramos algunas personas que vivian en el parque. Había uno que se llama Juan Guerra, no se si estará vivo el, pero que el decía que lo había visto aquí pero estaba por aquí.

Entonces la cosa es que como a los dos días, empiezo a caminar por aqui por Leigh Avenue y Jones Street y estaba empezando a tocar algunas casas para pedir informacion que si lo habían visto. Entonces, un señor llega y me dice ‘quiere hablar conmigo?’ Es un americano… agarre a explicarle que desapareció alguien, esta la foto de el. Entonces me dice el, ‘yo no he visto’ me dice ‘pero talvez deberías de ir a chequear una casa que esta abandonada’ me dice ‘allá detrás por la 206, porque he escuchado que allí muchas veces llegan personas a meterse a tomar y se encierran en esa casa abandonada.’

Y, efectivamente, fue allí. Enquanto ingreso, allí estaba el señor sentado, muerto.”

 

Es evidente que el alcoholismo lleva a consecuencias desastrosas, por lo cual es important notar que hay una disparidad en las comunidades donde se ocasiona. Es decir que los hombre hispanos, por ejemplo, están entre las estadísticas mas altas de mortalidad relacionada con el alcohol. Por esta razón es que se miran tantos casos y tantas víctimas de esta enfermedad en la comunidad latinoamericana de los Estados Unidos, hasta en Princeton.

 

Otro factor que afecta el acceso del hispano a una salud de calidad es el seguro medico. En Estados Unidos, el acceso a seguro médico es regulado a través de leyes que determinan la elegibilidad del solicitante, el cual tiene que estar “legalmente presente” en el país. En Princeton,  aún hay inmigrantes latinos que viven con el temor de deportación; entonces, se hace menos probable que tengan la documentación para satisfacer la definición de un inmigrante “legalmente presente.” Esto causa que el hispano quede vulnerable, sin opción de ayuda en el caso que no logre pagar por el cuido medico que necesita.

 

Sin embargo, entre tanto desafío con el seguro medico, también hay ayuda para mantener la salud de la comunidad latinoamericana en Princeton. Anjélica Garcia, por ejemplo, habla de la ayuda que ella recibió de parte de grupos en el municipio cuando su esposo estaba enfermo con COVID-19 y necesitaba conseguir cierta medicina. Específicamente, ella se refiere a PMA (Princeton Mutual Aid): un grupo con la misión de conectar a gente de la comunidad a través de mutua ayuda a las necesidades. Ademas de esto, a través de volantes y folletos que son compartidos en juntas religiosas y eventos sociales, ella dice que se riega la palabra sobre oportunidades de ayuda con pagos para servicios medicos. Aunque si hay muchas dificultades, estos recursos pueden ayudar a familias latinoamericanas a vivir sanamente en Princeton.

 

 

“Los niños y ellos tienen su como eso de salud medico, su seguro, y los llevamos a sus fisicos y todo porque la escuela lo pide… Si, pero, como vivir aquí en Princeton para nosotros es algo muy bonito.”

 

Hay muchas barreras a la supervivencia del latinoamericano en los Estados Unidos, especialmente cuando se trata de la salud. Aun así, hay comunidades de hispanos como la de Princeton que buscan sobrepasarlas y seguir adelante a pesar de todo.